domingo, 25 de mayo de 2008

Yvonne Todd

Para continuar os dejo con algo no menos inquietante, las fotos de Yvonne Todd.

Con estética de los setenta, retrata, en su mayoría, mujeres atormentadas que se esconden detrás de su maquillaje e indumentaria. Escenarios sórdidos, colores pastel, trajes increíbles, efectos de photoshop pasados de moda,... En las fotos de esta neozelandesa parece que siempre hay algo que no encaja. Las apariencias engañan.

Espero que lo disfrutéis, yo no he visto nada igual!

http://www.ervon.com

viernes, 16 de mayo de 2008

13,99 euros


Se dice que Frédéric Beigbeder, autor de “13’99 euros”, fue automáticamente despedido de su trabajo como creativo publicitario al publicarse su novela, en la que destapa el oscuro mundo de la publicidad, el marketing y como consecuencia, la mentira que es nuestro querido primer mundo. Ese en realidad era su objetivo, o al menos el del protagonista de la novela, Octave Parango. Aún no he terminado de leerlo, y la verdad no sé si lo haré ya que, como se dice, la verdad siempre es dolorosa. Se me revuelve el estómago leyendo fragmentos como éste:

“Nada de esto es obra tuya pero ése es el mundo al que perteneces. En una Coca-Cola, ya no se añade cocaína, pero sí ácido fosfórico y ácido cítrico para producir una ilusión refrescante y crear una dependencia artificial. Los peces de piscifactoría se alimentan de harinas de pescado (tan nocivas para las especies como las harinas cárnicas para el vacuno) y de antibióticos. En invierno, las fresas transgénicas ya no se congelan gracias a un gen extraído de un pez de los mares fríos. Las manipulaciones genéticas introducen pollo en la patata, escorpión en el algodón, hámster en el tabaco, tabaco en la lechuga, hombre en el tomate.
(…) Esta civilización se basa en los falsos deseos que tú (Octave) diseñas. Está a punto de morir. Existen lavadoras irrompibles que ningún fabricante se atreve en a poner en el mercado, y un tipo inventó unas medias que no sufren carreras y por eso una importante marca de pantis le compró su patente para destruirla. (…) Sin ti (Octave), quizás las cosas hubieran podido transcurrir de un modo distinto. Sin duda habríamos podido imaginar un mundo sin vallas omnipresentes, pueblos sin letreros Quetodoloafean, esquinas sin fastfoods y gente por la calle. Gente conversando. No era obligatorio que la vida se organizara así. Tú (Octave) no buscabas esta infelicidad artificial. Y el castigo divino ya sabes cuál es: Es el Infierno en el que estás viviendo.”

Una novela con no más violencia de la que existe implícitamente en nuestro alrededor. Te hace abrir los ojos y a la vez abandonar esperanzas de que haya algo puramente bueno en el asqueroso mundo en el que vivimos y del que participamos. No hay escapatoria.